La pregunta más importante

20070304033920-claseEn cierta ocasión, durante mi segundo semestre en la escuela de enfermería, el profesor nos hizo un examen sorpresa. Leí rápidamente todas las preguntas, hasta llegar a la última:” ¿Cómo se llama la mujer que limpia la escuela?”

Seguramente era una broma. Yo había visto muchas veces a la mujer que limpiaba la escuela. Era alta, de cabello oscuro, unos 50 años, pero, ¿Cómo iba a saber su nombre? Entregue el examen sin contestar la última pregunta.

Antes de que terminara la clase, alguien le pregunto al profesor si esa pregunta contaría para la calificación. Definitivamente –contesto-. En sus carreras ustedes conocerán a muchas personas. Todas son importantes. Ellas merecen su atención cuidado, aun si ustedes solo le sonríen y dicen: ¡Hola!”

Nunca olvidé esa lección, y supe luego que su nombre era Dorothy. Todos somos importantes.

Este es un curso acelerado de relaciones humanas en el trabajo. A propósito, ¿ya se hizo la misma pregunta?

Fijar metas altas

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Un maestro quería enseñarles una lección especial a sus alumnos, y para ello les dio la oportunidad de escoger entre tres exámenes: uno de cincuenta preguntas, uno de cuarenta y uno de treinta. A los que escogieron el de treinta les puso una «C», sin importar que hubieran contestado correctamente todas las preguntas. a los que escogieron el de cuarenta les puso una «B», aun cuando más de la mitad de las respuestas estuvieran mal. Y a los que escogieron el de cincuenta les puso una «A», aunque se hubieran equivocado en casi todas.

Como los estudiantes no entendían nada, el maestro les explico: «Queridos alumnos: permítanme decirles que yo no estaba examinando sus conocimientos, sino su voluntad de apuntar a lo alto».

Cuando le apuntamos a lo alto, estamos más cerca de nuestros sueños que si nos conformamos con pequeños objetivos.

Fuente: La culpa es de la vaca

El E-mail

images (4)Un hombre pierde su trabajo. Luego de buscar varios meses, se entera de que en Microsoft necesitan barrenderos. El agente de relaciones industriales le pregunta sus datos, lo observa barrer, lo felicita y le dice: “el puesto es suyo. Deme su e-mail, para informarle el día y la hora en que deberá presentarse”.

El hombre desconsolado contesta que no tiene e-mail y el gerente de relaciones industriales le dice que lo lamenta mucho pero que si no tiene e-mail, virtualmente no existe, y que como no existe, no le puede dar el trabajo.

El hombre sale desesperado, no sabe qué hacer y solo tiene $250 en el bolsillo. Entonces decide ir al mercado de abastecimiento de frutas y verduras y compra un cajón de tomates de 10 kg. Se va de casa en casa vendiendo el kilo de tomates a $50. En menos de dos horas ha duplicado su dinero; repite la operación otras tres veces, cena en un pequeño restaurante y vuelve a casa con $150.

Se da cuenta de que de esa forma puede sobrevivir, y cada día sale más temprano y vuelve más tarde. Así duplica, triplica y hasta cuadriplica el dinero en un solo día. Con un poco de surte logra comprar una camioneta, que un año después cambia por un camión; a los tres años, ya tiene una pequeña flota de transporte.

Luego de cinco años, el buen hombre es dueño de una de las principales distribuidoras de alimento del país. Entonces recibe a un agente de seguros y. al terminar la conversación, este le pide al empresario que le dé su dirección electrónica para enviarle la póliza. El hombre contesta que no tiene e-mail, y el agente le dice:

-Si usted no tiene e-mail y llego a construir este imperio, no quiero imaginarme lo que sería si lo tuviera

Y el buen hombre replica:

-Seria barrendero de Microsoft

Moraleja. Internet no te soluciona la vida